enero 25, 2011

Entrevista exclusiva con Mike Terrana (Rockaxis)

Mike Terrana (Tarja)
[Especial en Chile (Archivo Revista Bulldozer)]


Exclusiva con Mike Terrana, batero de Tarja, Masterplan y antiguo Rage, Yngwie Malmsteen, Tony MaCalpine, Axel Rudi Pell, Savage Circus.

Antes de su concierto el 2008 con Tarja en Santiago, el neoyorquino de origen siciliano y radicado en Alemania repasó sus 30 años de carrera en una privilegiada entrevista. Amante de la música real y los tornillos de su batería, y alérgico a las máquinas, computadores y samples, Terrana no habló tan solo de este tour que lo trajo por segunda vez al país, sino de sus experiencias, sueños y participaciones con Yngwie Malmsteen, Tony MaCalpine, Axel Rudi Pell, Gamma Ray, Roland Grapow, Metalium, Masterplan, Savage Circus y, por supuesto, Rage. ¿Quién más se queda?

En su momento, Tarja me dijo que al fin se siente con la libertad de trabajar con las personas que le agradan y que estaba muy contenta de contar contigo en esta gira. ¿Cómo describirías este grupo humano comparándolo con tus experiencias previas?

“Como dijiste, he tocado en un montón de bandas, a nivel profesional por 30 años, y por lo general en un conjunto siempre hay alguien que es como, no sé, la manzana podrida (risas), que es un poquito complicado o nunca está a gusto, pero por alguna razón todos acá... y le pregunté a Tarja sobre esto, ‘¿eliges a tus músicos por el carácter?’, porque armó una muy buena alineación, reunió a muy buenos músicos, aunque todos amables, respetuosos y fáciles de tratar. Cada uno sabe que se encuentra acá para tocar con ella y hacer su trabajo para apoyarla, sin estrés. Ha sido un placer viajar con ellos pues las condiciones en un tour pueden ser un tanto raras, un jefe extraño, gente que no logra dormir, que cambia un poco de humor, ¡y acá todos se sienten bien! Doug (Wimbish) por ejemplo... su lista de créditos sigue y sigue por siempre, ha tocado con leyendas, tiene gran experiencia, me gusta conversar y compartir historias con él. Max Lilja (ex Apocalyptica) es un talento en el chelo, un músico clásico entrenado al igual que Maria (Ilmoniemi), la tecladista, y adoro trabajar con Kiko (Loureiro), si hemos colaborado juntos antes. Tarja tiene un postgrado y es una dama muy dulce, encantadora y talentosa. No puedo decir más sin sonar patero, no soy de esos que les gusta adular, pero es muy agradable trabajar con ella, muy fácil de tratar, y Marcelo (Cabuli) también, su marido, quien maneja todo... ¡un placer!”.

Entiendo que cada vez que tocas con alguien o en un grupo, te gusta desafiarte. ¿Cuánto has aprendido de todos los background que se cruzan en la gira de Tarja?

“Me estoy haciendo viejo, me acerco a los 50, tengo 48 años ahora... y mientras más estudio, mientras más me esfuerzo en ser un mejor músico, más de doy cuenta de lo poco que sé. Es un proceso sin fin. Cuando trabajas con distintas personas, en distintas situaciones, con distintos estilos musicales, en distintos territorios y distintas culturas, te pruebas a ti mismo y ganas experiencia, esa es la fuente elemental de inspiración. No es como leer un libro, son cosas que realmente suceden, he aprendido mucho sobre mí mismo y hasta he corregido ciertos aspectos que no me gustaban sobre mí. Lo que das es lo que recibes... si colaboras con todos y mantienes tus ojos abiertos, obtendrás un montón de información y te convertirás en un mejor hombre. Esa es la belleza de ser músico, viajar por el mundo y conocer a gente como tú, carretear uno o dos días contigo y ver lo que haces, preguntarte por tu país... ¡eso no puedes sacarlo de un libro!, ¡de verdad es una fantástica experiencia! Cuando viví en California, ¡conocí a sujetos que jamás había salido del estado! En California Beach tienes montañas, nieve, de todo, pero afuera hay un mundo enorme y es bueno estar ahí”.

Y bien, conociste a Tarja varios años atrás cuando Nightiwish y Rage se encontraron en un tour, cuando aprovechaste de decirle que te encantaría trabajar con ella en el futuro...

“En ese tiempo recién me había unido a Rage así que no sabía bien lo que sucedía. Hicimos esta gira y Nightwish era un conjunto bastante nuevo y, como todos los finlandeses, eran bastante tímidos y callados, entonces me los encontré y me presenté, aunque que se mostraron retraídos. Igual, podías notar que tenían a una muchacha cantando, ‘¡oh!, ¡es preciosa y tiene una linda voz!’. Me pregunté cómo lo hacía porque supe que era una intérprete de ópera con estudios, y yo pensaba ‘¡esto en rock ‘n’ roll, algo para hombres!, ¿¡un grupo de metal con todos estos tipos buenos para tomar y ella!?’. Parecía muy simpática y, claro, creo que bromeamos con eso que quizás podríamos trabajar juntos, pero no teníamos ni la menor idea de cómo se darían las cosas años más tarde, que yo me iría de Rage y ella de Nightwish. Para serte sincero, quedé en shock cuando me llamó, no me lo esperaba. Recién había concluido la de Masterplan y creía ‘OK, estaré en casa por un par de meses’. Me sentía cansado y de pronto recibo este llamado de Marcelo, ‘hola, ¿te interesaría tocar con Tarja?’. Ella nunca ha dejado de ser amable conmigo, así que me imagino que siempre ha tenido una buena impresión de mí, ¡no lo sé (risas)!, quizás le soy simpático, si tiene un gran sentido del humor. Fue muy considerado de su parte llamarme para ser parte de su nuevo comienzo. Me siento muy agradecido y honrado”.

Y bueno, sabemos que ya has venido con Rage a Sudamérica, y también que estuviste en Chile el ’99 con Roland Grapow (Masterplan), abriendo el espectáculo de Gamma Ray. ¿Cuál fue tu primera impresión del país y qué recuerdas de esa visita?

“Fue cool. Nunca había estado en Sudamérica y nos recibieron muy bien en los recitales, en especial cuando hacía mi solo de batería. ¡Nunca lo olvidaré! Y recuerdo, cuando llegamos a Santiago y tocamos en este recinto como un domo gigante, que alguien me dijo que el lugar donde estaba parado, le habían cortado las manos a un músico... hay una historia, lo cierto es que no sé demasiado sobre política, no quiero hablar sobre nada negativo. Pensé sin embargo ‘OK, aquí le cortaron las manos a una persona’, hicimos el show y fue bueno. ¿Me imagino que fue un hecho histórico lo que sucedió ahí?”.

DE CALIFORNIA A ALEMANIA: “NO RISK, NO FUN!”

Cuando grabaste “Kaleidoscope” de Roland Grapow el ’99, ya estabas radicado en Alemania. Entiendo que en Los Ángeles hay un montón de bandas y, por eso, una competencia súper fuerte. Sabiendo todas las oportunidades que se podían dar allá para un baterista como tú, ¿por qué decidiste partir de California y probar suerte en Europa?

“Bueno, había girado con el Viejo Continente primero con Yngwie Malmsteen y dos veces después con Tony MaCalpine, y cada ocasión que regresaba a Norteamérica, me daba cuenta que allá era un mejor lugar para mí. Les comentaba a mis amigos ‘creo que en Europa tienen una mejor calidad de vida’, y me respondían ‘¡(saca voz ronca) no!, ¡no!, ¡eres americano!, ¡por ningún motivo!, y yo ‘hmm, no lo veo así’. Una vez entonces que la banda de Tony MaCalpine se disolvió dije ‘OK, dejaré mis cosas guardadas y me iré a Holanda’, porque tenía a algunos conocidos allá. Además, ya estaba en contacto con Roland Grapow, quien quería que apareciera en su proyecto solista. Llegué a Amsterdam y le pegué un llamado, nos reunimos un par de ocasiones y me consiguió un puesto con Axel Rudi Pell y Gamma Ray, Él era de la escena germana y por eso terminé en Alemania, por Roland, un muy buen amigo mío. ¡Y ahora el círculo está completo!, con ambos tocando en Masterplan”.

Y a finales de los ochenta, cuando te fuiste desde Nueva York -donde naciste- a California, ¿qué sueños perseguías?, ¿y cuán fuerte resultó darte cuenta que las cosas no estaban funcionando como te las imaginaste en un principio, luego de una década de golpear puertas?

“Oh, sí. Ese es el riesgo en el negocio del entretenimiento, pero como dicen en Europa, ‘no risk, no fun!’. Puedes irte a la segura y vivir una existencia monótona, sacrificando tus sueños, o salir a buscarlos. Yo opte por seguirlos. Me fui de Nueva York, me trasladé a L.A., y los primeros dos años fueron muy emocionantes porque pensaba ‘sí, ¡algo puede pasar!’. Me imaginaba que iría audicionar para Ozzy y conseguir el puesto... no me fue tan mal, hice algunas cosas, ¡aunque habían demasiados tipos!, ¡un montón de grandes músicos! Por cada vacante debías hacer cola junto con otros 50 que tocaban increíble, era muy competitivo... Los Ángeles es un lugar muy loco también, te topas con personas de todas partes del mundo que quieren ser actores, modelos, escritores, ¡lo que sea!, siempre está lleno de esta especie de gente del entretenimiento y después de un tiempo terminas harto. Yo me di cuenta luego de diez años que el asunto no funcionaría para mí, que las cosas llegarían a su fin y que era la hora de hacer un cambio. Soy realista, nunca he vivido con la cabeza en las nubes... tengo sueños, pero siempre he sido realista en cuanto a ellos, lo que ha sido mi salvación, si reflexionaba ‘OK, ahora tengo 37 año y no pasa nada. Puedo cortarme el pelo y buscar un trabajo o irme a Europa e intentarlo de nuevo’. ¡Y lo hice! Me subí a un avión y me fui con los últimos diez mil dólares que tenía, con un bolso de platillos, y volé hacia Europa con un pasaje sólo de ida, sin visa, ¡sin nada!, y comencé a llamar a mis contactos. Y una cosa llevó a la otra, ¡aunque no fue fácil! Choque cultural, barreras de lenguaje, aprendiendo alemán a los 37 años, no es sencillo aprenderse un idioma a esa edad...”.

¡No es sencillo aprenderse nada a esa edad!

“Seguro, y te vas cayendo en el camino, ¡no obstante lo hice!, y hubo muchos amigos que creyeron en mí y me ayudaron, en especial patrocinadores que me dieron una mano cuando recién empezaba. Tuve las pelotas para hacer el cambio. Mirando hacia atrás, pienso que fui un tipo muy afortunado, porque en la vida necesitas algo de suerte, en todo, en cualquier deporte o negocio la debes tener y me sentí bendecido. Ni idea por qué, pero ahora estoy viviendo mi sueño, soy un baterista profesional y me encanta vivir en Europa”.

Hemos comentado que habían muchos músicos en Los Ángeles. Sin embargo, no creo que triunfaras en Alemania debido a que no hubieran otros igual de buenos...

“¡Hay bateros sensacionales en Europa!, aunque te diré en lo que contaba. Ya había tocado con Yngwie Malmsteen y Tony MaCalpine... no en América, donde a nadie le importa Yngwie Malmsteen, pero sí en Europa, donde significa algo. Y de la nada tenía un nombre en Alemania, ¡y era exótico por ser estadounidense!, ¿ves? ‘¡Mike Terrana está acá!, tocó con Yngwie Malmsteen, ¡está acá!’. Eso pareció interesarle a las personas que me llamaron para trabajar, ¡y gracias a Dios lo hicieron!, ya que en Los Ángeles no recibía tantos llamados, si habían demasiados bateristas que hacían lo mismo que yo. Yo siempre progreso, pero no soy tan bueno como Buddy Rich por ejemplo (risas), ¡BUDDY RICH ERA UN GENIO! Estoy consciente de mis propias limitaciones como intérprete, artista y humano, conozco mis fortalezas y debilidades... entonces no llegué a Europa diciendo ‘hola ustedes, soy el más brígido, ¡que los alemanes se aparten!’, porque hay un montón de grandes bateristas metaleros allá. Estimo que funcionó por el hecho que era americano, que había tocado con Yngwie Malmsteen, y que la gente estimó que tales cosas eran atractivas”.

“LO QUE HAGO ALLÍ ATRÁS ES MUY REAL”

He percibido que eres un drum geek, que estás absolutamente trastornado con tu instrumento. De todos modos, igual te describes como un entertainer. Habiendo estado con un showman de la categoría de Yngwie Malmsteen, ¿en qué medida te influyó en ese sentido?

“Bueno, encuentro yo que ya tenía gran parte de mi estilo definido antes, porque él buscaba un baterista que fuera un showman... y dado que él es un gran showman como dijiste, me imagino que eso también lo vio en mí. Lo que puedo señalar es que fue genial que me dejara hacer un solo de batería y permitiera que la gente me viera y reconociera, así que aquello se lo debo a él. Esos dos años de tour fueron muy positivos para mi carrera. Ahí desarrollé más mi personalidad y realicé un montón de conciertos masivos en todas partes del mundo”.

Veo que nunca has dejado de involucrarte con bandas solistas, en el pasado con Yngwie y MaCalpine, después con Roland y ahora con Tarja. En esta situación, ¿cuánto te ha costado llamar la atención de los fans en grupos cuyo núcleo se centra en una sola figura?

“Cuando hago un solo de batería, trato de mezclar técnica y poder, y capturar la mirada de la audiencia haciendo algunos trucos con las baquetas. Mis movimientos son bien grandilocuentes, ¿OK?, y mientras esté la iluminación ahí, ¡será importante! Si la luz se encuentra encima de la batería puedes hacer un montón de cosas. Lo que al público le gusta creo yo es el hecho que lo que hago allí atrás es muy real, verdadero, agresivo, primal, y pienso que los aficionados se identifican con eso. Cuando estoy con mi solo de batería, ese es mi momento, esa es mi cosa, ESO ES LO QUE HAGO, y lo hago como si mi vida dependiera de ello. Me acuerdo que hubo tiempos en que tocaba a las paredes de un bar, ¡a nadie le importaba!, ¡y ahora hay personas ahí! Es un sueño en realidad y jamás, ¡PERO JAMÁS!, lo daré por sentado, ya que recuerdo cuando no había nadie... así que es bueno tocar detrás de alguien como Tarja, la van a ver a ella, quien es lo suficientemente consideraba como para dejarme enseñar mis habilidades. ¡Es fantástico!”.

Hasta ahora hemos hablado de ti como intérprete, sin notar que también eres compositor. En los últimos años escribiste por ejemplo ‘Leaving My Dreams’ en Rage, y varias cosas en el primero de Metalium, “Millennium Metal”...

“...y en la práctica, me encargué la totalidad de las letras en ese disco”.

¿Y cómo describirías tu input compositivo en estas bandas?

“No soy de esos que se sientan en un piano y sacan canciones con hermosas melodías, aunque soy bueno para los arreglos. Se me ocurren un montón de beats, quiebres en las canciones, transiciones entre los versos, puentes y coros, y quizás algo en las secciones donde están los solos, tengo harto input en ese sentido. Y me gusta escribir letras, me divierto mucho, adoro la poesía, puesto que al leerla se puede percibir otra idea completamente distinta de la música, dependiendo del individuo y cómo quiera interpretarla. Cuando estaba en Rage hice varias cosas por las que nunca me dieron el crédito. Si un sujeto escribe las letras y los riff principales, será su composición, pero si escucharas los demos de los CD de Rage en los que estuve, sin lo que surgió de los ensayos o después que yo grabara, notarás que son mundos diferentes. OK, como batero, sólo trataba de ayudar y bueno... todo esto de los egos se vuelve un poco ridículo en ciertas ocasiones. Igual, lo pasé bien formulando el concepto del debut de Metalium porque debes encajar palabras en los ritmos y eso es entretenido. Y ese fue un gran proyecto, qué lástima que terminara en un desastre financiero... el tipo que manejaba la banda se las ingenió para destruir lo que había creado... se lo dije y ni siquiera me hizo caso. Yo me fui, Chris Caffery (guitarrista de Savatage) también, ¡y se acabó!”.

EPISODIO DE FURIA


Llegaste a Rage en un periodo muy caótico, cuando a Peavy (Wagner) casi lo dejaron botado al final de la producción de “Ghosts”, con todos los otros miembros abandonándolo, por lo que tú y Victor (Smolski) arribaron como una especie de rescate para ese barco hundiéndose...

“No casi, ¡lo dejaron botado! Aquí hay un asunto que la mayoría no se da cuenta, que Boggi Kopec de Drakkar manejaba al conjunto en esos días, como a Nightwish, Grave Digger, Running Wild, Kreator y bla bla bla, todos los grupos metaleros, Sodom, o sea varios de los grandes actos del centro de Alemania. Rage era representado por esa empresa y yo nunca recibí un llamado de Peavy, sino de Drakkar Managment, de Boggi Kopec, quien dio conmigo y me puso en la banda, y puso al guitarrista en la banda, ¡no Peavy! Peavy estaba perdido. Y fue una situación extraña porque le pregunté ‘¿¡qué es esto!?, ¡te abandonaron todos!, ¿¡es tu agrupación y te dejaron!?’. ¿Habías escuchado algo así antes (risas)? Cuando me ofrecieron el trabajo era sólo para algunos shows, no para ser un miembro permanente y así lo enfoqué, ‘OK, tocaré en vivo y veamos qué ocurre’. Luego se lanzó “Ghosts”, que un fracaso de álbum, e hicimos ese tour con Nightwish, así que se armó un muy buen cartel. ¡Nosotros pensábamos que todos iban a ver a Rage, cuando la verdad era que todos iban a ver a Nightwish! ¡Y en la gira de “Welcome To The Other Side” (2001) nos dimos cuenta (risas) del público que asistía a los conciertos de Rage! ¡Casi nos dejó en bancarrota! ¡Fue una pesadilla! ¡Por poco nos mató! ¡Y ese disco también fue un fracaso...!”.

¿¡Cómo!? ¿Pese a tener esa pista ‘Straight To Hell’, que se incluyó en el soundtrack de una película alemana con éxito de taquilla histórico?

“Sí, porque era el último trabajo que debía hacerse con GUN Records, así que lo sacaron sólo por sacarlo y no pusieron ni un peso para promocionarlo. La gira fue un desastre y casi provocó que todo terminara, lo recuerdo, y eso que “Welcome To The Other Side” fue lo mejor que hice con Rage, la única vez en que mi batería se escuchó pura y natural, la única vez en que me permitieron tocar, porque ahí, mi input como músico era bienvenido. Peavy nos necesitaba ahí, pero las cosas cambiaron. Hubo faltas de respeto, problemas personales y decidí partir, diferencias musicales y en relación al negocio... demasiadas cuestiones. En fin, así entré a Rage, por medio del contacto con el managment. Algunas veces la gente piensa ‘oh, Peavy es un genio y maneja todo’, lo que es chistoso, ¡si estos tipos no se encargan de nada! ¡No podían (risas)! ¡Y no estoy bromeando!”.

COMPUTADORES Y TECNOLOGÍA: “ESTE ES MI DISCURSO”

Y de “Unity” (2002), “Soundchaser” (2003) y “Speak Of The Dead” (2006), dirigidos por Charlie Bauerfeind (Helloween, Blind Guardian)... a ver, si bien creo que “Unity” es un tremendo álbum, igual no me gusta la producción. Encuentro que suena un poco artificial...

“De acuerdo contigo en un ciento por ciento, ¡ES ARTIFICIAL!”.

Entonces, ¿cuán incómodo te fue trabajar así Rage?

“¡Y eso que yo propuse a Charlie! Queríamos hacer otro buen CD de Heavy Metal ya que “Welcome To The Other Side” no había sido bien recibido, así que estábamos como ‘cierto, ¡tenemos que ser más pesados!’, y yo dije ‘bueno, ¿saben?, ¡hablemos con Charlie Bauerfeind!’, a quien lo conocía de Gamma Ray. Y me salió el tiro por la culata, porque él estaba muy a favor de quantizar la batería, que es como corregir los golpes hasta el punto que suene como un drum machine, mezclar y luego tapar la batería con samples... ¡esa no es mi idea! Pienso que “Unity” fue bueno en el sentido que tuvo grandes canciones, pero el aspecto de la producción resultó frío y estéril, con mi personalidad destruida, lo que fue de mal en peor en los siguientes trabajos. A mucha gente le gusta así, a mí no, y me harté de hacer placas que más tarde no fuera capaz de escuchar. Me encantaría mirar hacia atrás y decir ‘¡sí!, ¡es cool, me gusta la música, es entretenido!’, ¿cierto?, sin embargo no fue entretenido, y no fue cool, y tampoco sonó bien para mí. Y reflexionaba: ‘debes parar con esto’, y fue otra gran razón para irme. “Unity” es tan perfecto que cuando tuve que ensayar los temas para la gira, ¡no podía tocarlos!, ¡sí no era lo que había grabado!. Por ejemplo, tenemos estas grace notes... una grace note es así (se levanta y busca un par de baquetas en su bolso), notas fantasmas, así (empieza a pegarle a una mesa), escuchas el 1, 2, 3, 4 con la derecha y en la izquierda esto (golpes rápidos de distinta intensidad), como desprolijas, ¿no? Bueno, cuando sampleas y aplicas quantinzing, suena como BRBRBR BR BRBRBR BR BRBRBR BR...”.

Y pierdes las dinámicas...

“¡¡¡A LA CRESTA LAS DINÁMICAS!!! ¡Se van a la chucha! ¡Y ESO ME ENFERMA (carcajadas)! ‘¡Oigan, estoy tocando lo mejor que puedo, tratando de expresarme y usar mi instrumento para decir algo!, ¿¡y ponen a alguien con un computador para que lo arregle!?’. Ciertos sujetos en este reino creen que si es perfecto, entonces es bueno... pero la verdad es que si haces una cosa ciento por ciento perfecta, ¿adónde sigues desde ahí?, ¡a ninguna parte! Al único lugar que puedes ir está por debajo de lo ciento por ciento perfecto, ¿cuál es el punto entonces? Sobreproduces a la banda y enmascaras la personalidad humana. La palabra “orgánico” se ha convertido en un fósil. O sea, toma cualquier revista de guitarras en un kiosco y te garantizo que dos de cuatro publicaciones tendrán a un tipo muerto en portada, fallecido hace mucho, ¡a Jimi Hendrix!, ¡porque hacía música real!, ¡música orgánica interpretada en vivo!, ¡con el espíritu capturado en el groove de esos vinilos! Cuando oyes a Miles Davis, Buddy Rich, a verdaderas leyendas como Jaco Pastorius, notas que comunicaban y creaban arte. Esos álbumes tienen alma y han superado la prueba del tiempo, mientras que todo lo que se hace con el computador parece desvanecerse (risas). ¿¡Qué viene después!?, ¿¡hagamos un CD heavy u otro que se vaya directo a la basura!? ¿¡Para qué!? Hay mucha gente en el estudio que ni siquiera es capaz de cantar, pero que lo arregla todo con un computador. ¡ESO NO ES REAL!, y no quiero ser parte de eso. Crecí en los setenta cuando el 90 por ciento de las bandas hacía buena música, ¡incluso las disco que no me gustaban! Acostumbraban a grabar juntos, así era antes y te digo, ¡vamos a regresar a eso!, ¡ya está regresando de hecho! Y por eso creo que tipos como yo siguen en el medio, ¡un fósil como yo! El mundo se fascina cuando ve a alguien que se sienta y toca sin la necesidad de trucos, triggers ni humos, se sienta y toca, ¡sin huevadas!, sólo con tus testículos y tu corazón”.

“En Brasil fui a ver un conjunto de Bossa Nova que hacía una música bellísima y orgánica... no era perfecta,¡aunque preciosa!, con una onda, una química, una emoción saliendo desde el escenario... y adoro esa conexión. El oído humano es análogo y no me interesa cuánto se puede masterizar digitalmente un CD... ese es mi discurso. Las personas se han vuelto locas con los computadores y si alguien tuviera una máquina que le limpiara la raja, ¡lo más probable es que dejaría que le limpiara la raja (risas)! Yo nunca confiaría en una máquina para eso, ¡lo haré yo mismo! ¡Es una locura! ¡Buena Mr. Gadget! ¡Vamos! Es la misma razón por la que haces tus entrevistas con un cuaderno, ¡porque a ti los PC te han cagado!”.


(Risas)

“Muchos se ríen de mí... yo tengo mi agenda... ¡en papel! La imprimo y la rallo...”.

¡Ese es tu i-phone (risas)!

¡(Risas) sí! ¡Ese es mi i-phone y adivina! ‘¡(Burlándose) cagó (mirando su i-phone imaginario), ya no puedo funcionar!’, bueno... ¡ÁNDATE A LA CHUCHA! ¡TONTO HUEVÓN! O sea, tienes que ser autosuficiente, no puedes confiar en las máquinas... ¡se echan a perder!, por eso cada vez que llego al estudio digo ‘yo voy a tocar’. Algunas ocasiones me pasa que trato de registrar algo complejo que no funciona en los tapes, ¿y sabes?, ¡LO HAGO MÁS SIMPLE!, ¡todavía suena bien, sólo que a mi nivel! Busco una solución al problema... nunca he tocado brmbbrbrbrmbrbrbrbrmbbrrmbrbbr para después pedirle al tipo de los controles ‘¿puedes arreglarlo?’. ¡ES RIDÍCULO! Lo único que pienso es que esto volverá a como era antes porque todo va en círculos, y regresará la interpretación real, al menos yo estoy tratando de que así sea, ¡conversando contigo (risas)! ¡Me apasiona este tema! Soy siciliano, de sangre italiana, y cuando hablo como ahora la gente me pregunta ‘¿por qué estás gritando?’, ¡Y NO!, ¡ME ESTOY EXPRESANDO!”.

EL PRESENTE: “ESTA PUEDE SER UNA RESPUESTA MUY ABURRIDA”



(Risas) y bueno, volviendo a Masterplan...

“¡Sí! ¿QUÉ PASA CON ELLOS (risas, jugando con sus baquetas)?”.

(Risas) que creo que grabaste “MK II” (2007) en el período que estabas por irte de Rage. ¿Cuán aliviado te sentiste cuando trabajaste de nuevo con Grapow?

“Fue un alivio total pues era muy negativo lo que sucedía al otro lado. Las cosas ya no funcionaban. En Masterplan me encuentro con amigos que me dejan tocar, y que hacen buena música. La mayoría me contrata porque le gusta mi estilo y no para decirme ‘OK, imita a Lars Ulrich’. Recibo sugerencias, claro, pero me buscan por mi sello y por eso me uní a Masterplan. A Roland le agrada mi batería y listo. Como si a Simon Phillips le pidieran tocar a lo Vinnie Coliauta... Es un insulto, ¿no crees?, ¡eso ocurría en Rage! Aquí tuve la libertad de expresarme, lo pasé genial en el tour, me llevé bien con los miembros de la banda y me encantó la música. No puedo esperar a grabar el próximo álbum”.

Y a Savage Circus llegaste reemplazando a Thomen Stauch, al grupo que armó justo después de abandonar Blind Guardian. ¿Cuán rara ha sido esta situación para ti?

“Para ser honesto contigo, no sé mucho sobre Savage Circus, conozco a Thomas sólo un poco, no tengo idea qué sucedió y esta puede ser una respuesta muy aburrida, pero la realidad es que recibí un llamado del manager diciéndome que Savage Circus quería que yo tocara en su siguiente producción, si me gustaría hacerlo y contesté que sí... eso fue (carcajadas). ¡Lo siento! Estoy seguro que muchos se sentirán decepcionados por la ausencia de Thomen, aunque en lo personal no se me pasó por la cabeza lo de ‘¡oh!, ¡el batero de Blind Guardian y sus fans!’, simplemente me llamaron. En fin, le deseo a Stauch todo lo mejor, es un buen tipo, un gran baterista. Cuando estas cosas ocurren prefiero no involucrarme demasiado porque siempre hay un poco de fricción, y lo mismo con Tarja y su quiebre con Nightwish... no me meto en eso”.[b]

Igual, algo que Thomen y tú tienen en común es que han estado en la escena metalera por muchos años, desplegando un estilo bien físico. A medida pasa el tiempo, ¿cuánto te ha costado mantenerte en forma para seguir tocando así?

[b]“Todos los bateristas de metal deben estar en forma, en especial los más extremos, que están con el doble bombo como por 90 minutos. ¡Es de locos!, muy difícil para el cuerpo de soportar. Yo siempre entreno. Solía ser deportista cuando joven, nadador, jugaba hockey sobre hielo y fútbol americano, y en esos años nunca deje de levantar pesas. Tengo 48 ahora y toco de la misma manera que a los 16, haciendo pesas cinco veces a la semana y trotando seis kilómetros el resto de los días. Somos músicos de cierta forma, pero más que nada atletas, y se convierte como en un estilo de vida, en un club exclusivo (risas). Me agradan los bateros, me junto con todos los bateros, la mayoría de mis amigos son bateros, medios locos, chistosos, hiperventilados (risas), y siempre es entretenido pasar un rato con ellos. Tener una batería es como tener un auto lujoso, con un montón de partes, con muchas piezas de cromo, ¡es entretenidísimo! Desde niño que me fascina y ahora me gusta tanto como en esos días. Es parte de mi vida y hoy, que me acerco a los 50, ¡es mi vida! Si mañana me despertara sin poder tocar, sería un hombre muy amargado, ¡no sabría qué hacer!, así que todo el entrenamiento que hago, todo lo que como, es para una sola cosa: ¡mi trabajo! Mi hobby es mi trabajo y no muchos pueden decir eso. Cuando me despierto en la mañana en una ciudad como Santiago, ¡me siento feliz (risas)! He estado de gira por dos años sin parar y cuando otros reclaman ‘oh, que la comida es mala’, les grito ‘¡CALLATE!, ¡es un sueño!’. Podrías levantarte e ir a una fábrica de todos los días o hacer esto... ¡que es mucho más divertido!”.

Entrevista por nuestro amigo: Jorge Cuidad.

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